Cuando vi el video de Neil Harbisson me quedé impresionado, nunca pensé que algo así pudiera existir. Es algo que nos sorprende muchísimo, que solo me imaginaba ver en películas, pero si nos paramos a pensar podemos ver que ya existen aparatos muy similares a este, como por ejemplo el implante coclear, inventado en 1957 para ayudar a dar una sensación de sonido a las personas profundamente sordas o con problemas graves de audición. Ya estamos acostumbrados a ver estos implantes cocleares, que también convierte a la persona que lo lleva en un auténtico cíborg. Sin embargo, nos sorprende mucho ver el implante de Neil, y por este motivo quise seguir informándome al respecto, encontrando un podcast que hizo en 2022 en Club 113.
Al inicio del podcast hablan del creador de la palabra "cíborg", Manfred Clynes. Según Manfred Clynes ir en bicicleta también es ser un cíborg, porque te unes a la tecnología (bicicleta) de una forma física y mental, ya que también cambia tu sentido del equilibrio. Por lo que, según él, cualquier elemento externo que modifique tu cerebro te convierte en un grado u otro en una especie de cíborg.
Comprendiendo esto, podríamos llegar a entender a los docentes como una especie de “tecnología”, que, aunque no se una físicamente con los niños, tiene la capacidad de cambiar el cerebro y los procesos cognitivos de estos de una manera amplísima y en todos los aspectos.
Cambiando de tema, en dicho podcast también hablan sobre las empresas que trabajan para crear implantes cerebrales o neurales, como por ejemplo Neuralink, que ya fue probado en humanos en 2023. Este tipo de implantes van conectados directamente al cerebro y son capaces de navegar por Internet, enviar mensajes y jugar videojuegos sin mover un solo músculo. Pero vayamos más allá, si este tipo de dispositivos ya pueden hacer estas cosas, podrían llegar a ser capaces de realizar cuentas matemáticas complejísimas en segundos, aumentar nuestra capacidad de razonamiento, atención y concentración, e incluso permitirnos manejar grandes cantidades de información, como si tuviéramos todo Internet dentro de nuestro cerebro.
Esto me genera muchas preguntas, ¿De qué forma cambiaría nuestra sociedad si esta tecnología se llegase a implantar y establecer? ¿De qué manera tendremos que educar a las nuevas generaciones? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Qué contenidos? ¿Seríamos útiles los docentes? Todas ellas con respuestas muy poco claras.
Esto es un cambio de la sociedad tan radical como improbable a la vez, ya que en el mismo podcast explican que no se pueden implantar este tipo de dispositivos a niños, ya que estos no son responsables para tomar esa decisión y no es ético. Sin embargo, las personas mayores de edad sí que podrán decidir si quieren conectarse el implante neuronal (siempre que tengan la capacidad económica), por lo que sí que podría llegar a cambiar aquellas instituciones educativas dedicadas a mayores de edad. Estas no llegarían a desaparecer, pero si tendrían que cambiar su forma de enseñanza, centrándose más en las distintas formas de trabajar que en los propios contenidos, ya que estos se encuentran en internet, y por lo tanto en su cerebro.
Sin duda alguna, los avances de la tecnología son rápidos, pero no podemos saber cuánto tiempo tardará en llegar a este punto, y, sobre todo, si de verdad será un cambio que implique a toda la sociedad en su conjunto, y sobre todo al sistema educativo.
(Me gustaría mucho saber vuestras repuestas a las preguntas que me hice)
Gran reflexión Juan, quiero leer más reflexiones tuyas!
ResponderEliminarqué chulo juan!!
ResponderEliminarMe parece una locura la manera de pensar de Clynes, ya que creo que nunca nos hemos parado a pensar que una simple bicicleta se pueda interpretar como una tecnología que nos convierte en cyborgs, aunque no este muy de acuerdo con esta idea.
ResponderEliminarPor otro lado, los implantes neuronales que se están creando me parece un abuso de la tecnología, ya que considero que estas no nos van a permitir diferenciarnos y es algo que considero clave en la vida humana. ¿Por qué lo considero así? Porque creo que al implementar un aparato en nuestro cerebro con acceso a internet no nos dejará pensar por nosotros mismos, por lo que probablemente acabemos pensando todos igual. Esto es una gran desventaja, ya que la diversidad de opiniones en la sociedad nos permite tener una riqueza cultural e intelectual, que estaríamos perdiendo.